jueves, 15 de octubre de 2015

PRECIOSA CARTA de Nuestro Amigo Nacho Sánchez MUCHISIMAAAAAAAAAAAASSS GRACIAS POR TUS PALABRAS BROTHER!!!!



Nuestro amigo Nacho Sanchez, nos ha enviado esta crónica del Quasimoto y... NOS HA ENCANTADO!!!!
Como cada año, he podido disfrutar del Quasimoto 2016 con la gran familia del Club de Surf Burriana. Es una cita ineludible en el calendario: organización estupenda, excelente ambiente, buena música, cultura surf a tope, gente de todas partes... La paliza de organización que se pegan Juanma, Gus, Carol, Adrián, Inés o Pepe no se podría cuantificar en dinero, así como la ilusión con la que todos participan y la amabilidad con que tratan a quien llega. En definitiva, lo que una reunión temática debería ser.También, como cada año, nos hemos sentado a comer o tomar algo en El Pilón, coincidiendo con los “locales” que se acercan el domingo a hacerse una paellita o un aperitivo en un espacio tan agradable. Debido a mi mala costumbre de escuchar conversaciones ajenas (vicio de antiguo guionista, lo siento), este año escuché una conversación entre unas señoras de Burriana que venía a ser algo así:!-Oye, ¿Pero esto es el Quasimoto o el Burrifornia?-El Quasimoto.-¿Y qué es Burrifornia?-Pues... esto- he hizo un ademán que cubría el entorno.Pero a mí se me quedó la pregunta en la cabeza: ¿Qué es Burrifornia?Un primer pensamiento es evidente: un apodo gracioso que ha inventado (el gran) Pepe Birra, alma mater del CSB, para referirse a su ciudad natal. Pero sería francamente reduccionista, y creo que el término engloba algo más grande.Romántico que es uno, en seguida me vino a la mente una descripción más compleja: Burrifornia es un territorio mítico, un País de Nunca Jamás con sus piratas, sus Niños Perdidos y su propio Peter Pan con patillas. Un lugar al que llegar si se desea con fuerza a una estrella, volando sobre la tabla de surf. O quizá un sitio más escondido, como la Faerie de los cuentos, en la que elfos y hadas disfrutan de la música (surf) y el baile mientras beben, y donde los hombres se pierden y pasan años sin darse cuenta cómo el tiempo pasa para el exterior. En lugar de la tierra del Crepúsculo de Verano, sería un lugar de Eterno Amanecer sobre el Mar, donde todos pueden darse un Tablonazo Matutino.Pero recurrir a la fantasía y los referentes literarios tampoco sería hacer justicia porque, seamos sinceros, Burrifornia existe, y muchos acudimos cada año allí.Así que pensé un poco más, mientras saludaba a César Formosel o a Luca Cerutti, tomaba una caña viendo a los Twangs, o disfrutaba del sol y la música de los Five Fingers with Parasol la mañana del domingo. Al final, sólo me quedaba una conclusión: Burrifornia no es un lugar, es una idea. Y no una idea sobre el surf y su práctica (o no solo), si no una idea sobre la vida: pasarlo bien, disfrutando de las cosas que te rodean, con tranquilidad y buen humor, con la alegría de quien está haciendo lo que más le gusta con la gente que más le gusta. Por eso, creo, cada cual se lleva después de cada Quasimoto un trocito de Burrifornia con él: a Galicia, o Asturias, o tan cerca como Sagunto, y por eso Burrifornia crece, y año a año se extiende por todas partes. Las ideas, por suerte, tienen vida propia,
y cambian, y crecen y, sobre todo, perduran. Ese creo que es el secreto que seguramente nos permita disfrutar muchos más años del Quasimoto: que lo que representa es más grande que nosotros, que el CSB o que la competición.O quizá he estado tomando demasiadas cervezas y descansando poco, pero bueno, uno sabe que ha sido un gran finde cuando al terminarlo tiene necesidad de sentarse a escribir sobre él! Salud y SurfʼnʼRoll

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